El
cáncer
puede considerarse una enfermedad de las células del organismo. Su desarrollo
implica el daño al ADN celular, el cual se acumula con el tiempo. Cuando estas células
evaden los mecanismos de defensa del cuerpo se establece una neoplasia.
Existen diversos tipos de tumores, los cuales se clasifican en base a su tejido
de origen, sus propiedades de crecimiento y su capacidad para invadir otros
tejidos.
Aunque
se desconocen los mecanismos exactos, la nutrición puede modificar el proceso carcinógeno
en cualquier etapa, sea en el metabolismo del cáncer, las defensas del huésped,
la diferenciación celular o el crecimiento del tumor, Y a su vez, la nutrición
del paciente, se ve adversamente afectada tanto por el tumor como por los
efectos adversos de el tratamiento médico aplicado, los cuales deben ser
atendidos con un equipo multidisciplinario, donde el nutricionista - dietista clínico
juega un papel predominante.
De
allí, la importancia de prevenir esta enfermedad, diversos institutos y
organizaciones a nivel mundial, enfocadas en la lucha contra el cáncer, han
hecho recomendaciones para las buenas prácticas de alimentación y estilo de
vida que contribuyen a prevenir el cáncer. Estas incluyen aspectos de nuestro
diario vivir sobre los que podemos tener pleno control y que dependerá de
nosotros tomar buenas decisiones que nos lleven a prevenir y no a lamentar.
Entre
las recomendaciones más importantes tenemos:
-
Aumentar el consumo de alimentos provenientes de fuentes vegetales
(especialmente verduras crucíferas como brócoli, coliflor, coles de Bruselas),
verduras frondosas verdes, lechugas de color verde intenso, zanahorias y fruta
cruda y fresca. Esto se debe, a que las
frutas y verduras, constituyen una buena fuente de fibra, vitaminas, minerales
y otras sustancias bioactivas. Las frutas en particular, confieren una protección
importante contra canceres de esófago, cavidad oral y laringe. Además, existen
pruebas solidas, de un efecto protector frente a cáncer de páncreas y estomago,
colorrectal, vesical, de cuello uterino, ovario y endometrio.
La
frutas y verduras frescas y orgánicas, poseen un gran número de agentes anticarcinogénicos
como carotenoides, vitamina C y E, selenio y fibra alimentaria. Por otro lado,
poseen fitoquímicos como licopenos,
flavonoides, fenoles, fitatos, inhibidores de proteasa, esteroles de plantas,
compuestos de alio, lignanos, entre otros. Estos fitoquimicos son componentes químicos
naturales, biológicamente activos que actúan como sistemas de defensa
naturales. Como protección contra el cáncer, estas sustancias derivadas de las
plantas pueden eliminar toxinas, carcinógenos y mutagenos, además, hacen las
veces de agentes bloqueadores o supresores para atenuar el riesgo de cáncer.
-
Limitar el consumo de alimentos ricos en grasa, en especial de fuentes animales.
-Ser
físicamente activo, 30 minutos de actividad física regular, por lo menos 3
veces a la semana son una excelente forma de iniciar.
-
Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
-Limitar
el consumo de bebidas alcohólicas
-Eliminar
el consumo de tabaco, el cual, es el
factor de riesgo más importante y la causa del 22% de las muertes mundiales por
cáncer y el 71% por cáncer de pulmón.
Así pues,
está cada vez más claro, que existe una relación estrecha entre la alimentación
y un estilo de vida saludable (ser físicamente activo, limitar el consumo de bebidas
alcohólicas y no fumar) con ser saludables y la prevención, no solo del cáncer
sino de muchas otras enfermedades. El reto, por un lado. es para los pacientes,
para que tomen conciencia de la importancia de estos cambios y no posponerlos,
sino actuar ya. Y por otro lado, como profesionales de la salud, debemos
continuar diseñando programas de alimentación y promoción de estilos de vida saludables,
que contribuyan a eliminar las barreras que impide a la personas realizar estos
cambios y por otro lado, educar sobre la relación estrecha entre la alimentación
y la salud. Como lo dijo Hipócrates:" Que tu alimento sea tu medicina
"
Escrito
por la Licenciada en Nutrición y Dietética Rogledys Lopez, especialista en
fitoterapia.
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